Tras un periodo de tiempo sin escribir
debido a los exámenes y a la falta de inspiración, he recibido una
descarga inesperada de lucidez, como quien no quiere la cosa, gracias
a mi interacción con el medio y las personas que lo pueblan. Si, es
como si un animal salvaje hubiera escapado de su jaula y se
horrorizara con lo que existe fuera de su estanco mundo, pero a veces
uno no puede sino compararse con lo salvaje, como ya lo hiciera Yank
en la obra de Eugene O´Neill, y sentir que algo de esos individuos
que existen a tu alrededor no es afín a tu manera de entender lo
humano.
Ese algo que me repele, esa
característica que encuentro insoportable e intolerable, de la que
huyo como de la peste, es el egoísmo.
Si amigos, existe un tipo de persona
que independientemente de lo que ocurra, del momento o de la
situación, solo piensa en sí mismo, sin darle importancia a nada
más, es ese tipo de persona que, como el título del post, si se le
da a elegir entre cuatro montañas especificándole que elija la que
yo vería, eligen la que ellos ven. Porque son así, porque les sale
de dentro, porque ellos lo valen. Estos egocéntricos animales
pululan cuan aves salvajes, volando de aquí para allá, pensando en
sus verdades e imposiciones, hasta que dan con alguien a quien
abducir. Porque ellos abducen, te pintan su vida como si de una
película de Fellini se tratara, te arropan en su mundo, te seducen
en su pena y te arrastran a su gozo, te anulan, violan tu
conversación convirtiéndola en una botella de wiski del malo, del
que cuesta cuatro euros el litro. Todo es incomparable a su espumoso
rosado, a su burbon centenario, tu voluntad se doblega a su realidad,
y tu, inconsciente, entras pensando que es alguien que se siente
solo, que se abre a ti por apego, simpatía o cariño, y te equivocas
de principio a fin.
Y ahí estas tú, sintiéndote mal por
esa persona, involucrándote por alguien que crees merece la pena,
porque si comparte todo eso contigo es por algo... ¿No? Pues no. Te
equivocas, no podrías importarle menos. Tú eres, simplemente, una
herramienta. Eres una vía de escape para su ego, un conducto directo
a la realización personal que ese tipo de personas necesitan, su
orgasmo diario. Y esto no tiene nada que ver con el amor propio, que
es algo positivo para la persona, en el que se puede avanzar junto a
los que te importan y se preocupan por tu persona, estos seres minan
ese amor propio, te lo sustituyen por el suyo, te hacen creer que el
bien común es lo que a ellos le conviene.
Este comportamiento se complementa muy
bien con el de la gente que se preocupa, que se interesa por los
demás, que antepone al prójimo a sí mismo, porque ellos son
fuertes y duros y no necesitan tal atención, esas personas que de
buenas son tontas, lo que normalmente se conoce como buena persona.
Sé de lo que hablo. Os doy un consejo, como amigo, como persona que
se preocupa por el prójimo, como alguien que ha aguantado este tipo
de personas toda su vida. YA ES SUFICIENTE.
No merece la pena, en
serio, no mal gastéis tiempo, esfuerzo, cariño o atención por
alguien que NO QUIERE ESO. Vuestra simpatía, vuestra preocupación,
el tiempo y el estar ahí, todo eso cae en saco roto, se pierde,
desaparece. Así que huye, obvia a esta gente, que se encuentren
entre ellos y que sus egos se devoren entre si, apártalos de tu
vida, porque solo quieren usarte, quieren un saco de boxeo vacío,
para llenarlo y golpearlo con su ego.
Sin más me despido, esperando que os
resulte interesante mi opinión y os animo a que opinéis sobre ello.
Un saludo y espero que nos sigamos leyendo.