viernes, 4 de abril de 2014

Crossing Tales IV (Abanico y Gato) Autor: Casiopea Ola de calor


Cuando la policía llegó, encontró una carta sobre la mesa, a la víctima en el sofá y al gato jugando con las borlas que colgaban del extremo del abanico que la difunta sostenía aún. Según estaba, empapada en sudor, parecía a punto de abanicarse. En la carta, la mujer culpaba al Ayuntamiento de su muerte por no mitigar aquel verano sofocante que la estaba desquiciando. Antes de levantar el cadáver, el policía rompió la carta. En el informe, rellenó la casilla de la causa de la muerte con un escueto "ola de calor".

jueves, 20 de marzo de 2014

Crossing Tales III (Sombrero y nieve) Autor: Casiopea Día de racionamiento


Cuando el reparto acabó, el sombrero aún permanecía sobre la nieve. Las flores que adornaban el frontal se veían separadas por el boquete del disparo. El francotirador estaba convencido de que, bajo aquella descomunal pamela, se escondía el miliciano. Cada vez que pensaba en lo cerca que lo había tenido tanto tiempo, se ponía malo. Esconderse travestido. Aquello no podía ser cristiano. Así que apuntó y disparó. El miliciano se desplomó en el acto. Era día de racionamiento. En la larga cola frente al colmado, nadie dijo nada. Ni siquiera cuando al caer el sombrero apareció una cabeza de mujer.

jueves, 13 de marzo de 2014

Crossing Tales II (Geranio y Guión) Autor: Casiopea Geranios



- Me gusta repasar el guión rodeada de geranios. Que suban algunos a mi camerino.

El hombre frente a ella levanta la vista del papel. Ella se impacienta. El guión espera.

- Debo repasar el papel antes de mediodía.

Silencio.

- Hice de geranio en el colegio. Fue mi primer papel.

Silencio. El hombre firma. Toca una campanilla. Al momento, una mujer entra.

- Habitación 63.

La recién llegada levanta a la joven y se la lleva. Como a un corderillo. En el despacho, el psiquiatra aún escucha a la paciente preguntar cuándo subirán los geranios a su camerino.

jueves, 6 de marzo de 2014

Crossing Tales I (Llanura y navaja) Autor: Casiopea

A media llanura advierte que ha olvidado la navaja. Regresa sobre sus pasos descansando a cada poco. Apenas se sostiene. Pero es una buena navaja, le merece la pena el esfuerzo. Con ella ha cortado el cordón umbilical de todos sus hijos, Dios sabe cuántos. Cree que trece.
Al quinto dejó de contarlos. Su madre la usó antes que ella y sigue cumpliendo. La última vez, esa mañana. En el huerto. Allí la encuentra. En el surco. Junto al bulto inerte.
Su navaja de traer niños al mundo. La mujer la limpia, la aprieta contra su pecho. Y se aleja.

sábado, 1 de marzo de 2014

Amor entre lineas.

Comenzó como lo hacen muchas historias últimamente, coincidieron en una red social, empezaron a hablar y surgió. Él no era persona de gentes, siempre fue algo reservado y silencioso, ingenioso, a veces incluso gracioso, otras insoportables, un tipo particular. Antes de conocerla, había estado con otras, relaciones que con el tiempo se tornaban vacías, insípidas, carentes de significado, acortándose a sí mismas a sus ojos, forzando innumerables rupturas unilaterales.  Se encontraba en un punto de no retorno sentimental, o al menos eso pensaba, daba por hecho que el sexo opuesto carecía de interés más allá de lo carnal, hasta el momento en que la conoció.


Cuando comenzaron sus interminables conversaciones, se sumió cada vez más en algo que para él hacia tiempo que no existía, el interés. Por primera vez en mucho tiempo se topaba con una mujer que realmente le atraía, al menos, textualmente. Horas y horas de conversaciones incesantes, chácharas infinitas, enfrentamientos intelectuales constantes. No podía estar más ilusionado, y parecía que esa ilusión no solo era suya.


Una cosa llevó a la otra, y de mutuo acuerdo quedaron para por fin conocerse en persona. Y allí estaban los dos, sentados en un parque, sin casi cruzar palabra. Algo no era igual. Él ya la había visto físicamente en fotos, no era su tipo, de acuerdo, pero para nada le parecía fea. Era una chica guapa, delgada y rubia, con pocas curvas pero bonita sonrisa, pero tras haber estado con tantas mujeres uno tiende a buscar algo más que un cuerpo, al menos esa era su filosofía. Tenía una voz bonita, parecía dulce, y sin embargo algo faltaba, algo no cuadraba en aquella persona con la que hablaba constantemente. Él notaba como la fuerza que existía en las líneas de texto que intercambiaban se iba evaporando, estaba ahí en principio, pero con cada golpe de voz se desvanecía. Tras un largo rato, se despidieron y acordaron hablar esa noche con calma como hacían siempre, cada uno desde su casa.


No podía sentirse más contrariado y confuso. La que posiblemente fuera la mujer que siempre había buscado se desvanecía frente a sus ojos sin poder hacer nada para evitarlo, como si de un espectro se tratara. Ella no tardó en hablarle, parecía que también lo intuyera. Y entonces volvió a ocurrir. Toda esa magia, ese feeling que ambos creían perdido, afloró de nuevo como si nunca se hubiera movido de allí. Pasó tiempo hasta que, de nuevo, volvieron a intentarlo, a verse otra vez, más que nada por miedo a que volviera a ocurrir lo de la última vez. Y como si el destino jugara con ellos, así aconteció.


Ambos, contrariados por la situación, pasaron discutiendo el porqué de su incompatibilidad como personas durante mucho tiempo, quedando varias veces después, hablándolo en persona, besándose, visitando museos, acostándose, viendo cine de autor francés y multitud de cosas más, pero eso que tenían en el texto, no aparecía. Al final, lo dejaron por imposible, pensaron que igual ellos tenían un amor que no era físico, sino textual, por lo que dejaron de verse para solo amarse entre letras e ideas.

jueves, 27 de febrero de 2014

Retomando y planeando Crossing Tales.

Después de un largo periodo de inactividad en el blog, aquí vuelvo de nuevo a la carga con un nuevo proyecto. Estos días de exámenes y de estrés postraumático debido a ellos han erosionado sobremanera mi órgano pensante, principal motivo por el cual he pasado tanto tiempo sin escribir.
Gracias a la providencia uno tiene amigos a los que les encanta escribir, por lo que hemos pensado mi amiga Casiopea y yo en publicar un relato cada uno los jueves, partiendo de la base de dos palabras, una de cada uno, que por fuerza deben ir en la primera frase del cuento. 

La idea es hacer cuentos o relatos cortos, como mucho de un folio de longitud, para publicarlos en nuestros blogs de manera cruzada, ella los míos en Tusitala, su blog, y yo los suyos aquí, de ahí el nombre que hemos pensado para el invento, Crossing Tales. También usaremos el hashtag de Twitter #crossingtales, así que no tendréis problemas en encontrarnos. 
 
Por supuesto que esto es un proyecto para los jueves, no quiere decir que solo vaya a escribir para ese día, que esta sequía imaginativa tiene fecha de caducidad del mes pasado, así que os animo a seguir leyéndonos.

domingo, 12 de enero de 2014

Una de pelis!!!

Se acabaron las fiestas. Ya no hay mas polvorones, hojaldrinas o mantecados que devorar, vuelve la tranquilidad al hogar. Se acabó el “descanso” y el sosiego para dar paso a los agobios de los próximos exámenes. Y por si fuera poco, un erial de ideas para escribir me asalta, como si de un felino esperando a su presa se tratara, aprovechando la lentitud del atracón navideño para darme caza impunemente. Gracias a la providencia que para estos casos existe el cine, porque si no vete tu a saber de que podría escribir yo ahora...

En los últimos días he visionado una ingente cantidad de cine con motivo de las noches de tranquilidad en mi habitación, que han hecho que me plantee varios temas con los que poder escribir. Para empezar y por recomendación de mi amiga Casiopea, vi las dos ultimas películas de Daniel Sánchez Arévalo, Primos y La gran familia española. He de confesar que no soy muy de cine español, veo cosas contadas por recomendaciones externas y casi siempre de otro palo al de la comedia, y puedo afirmar sin miedo a equivocarme, que las doce nominaciones a los Goya por su ultima obra son merecidos. Algo tiene este señor que consigue acercar al espectador a los protagonistas de sus cintas de tal manera que uno acaba “incrustado”, no se me ocurre mejor palabra para definirlo, dentro de sus historias. Mención especial y aparte, creo que bien merecida, por su capacidad para inventar lineas de dialogo memorables. En solo dos películas saca uno un montón de frases de calidad pareja a los títulos de las novelas de Espinosa, autor que algún día tratare.

En Primos, a mi, particularmente, me acerco a las fiestas del pueblo de mi madre, que yo siempre llamo mio, pero que en realidad es suyo, haciendo que empatizara con la historia de primeras sin saber muy bien donde me estaba metiendo. A partir de ahí, sus personajes y su guión me ganaron por completo. Creí haber descubierto una de las mejores comedias españolas y que Arévalo merecía mi atención. Entonces vi La gran familia española, y comprendí lo equivocado que estaba. Yo, como buen bicho raro en estas tierras que son nuestro país, detesto el fútbol, por lo que era reacio a entrar en una historia con el marco argumental de una boda el mismo día en que España ganó el mundial. Para mi sorpresa, me involucre tanto en esta tragicomedia, porque no es una comedia desde mi punto de vista, que acabe la historia con unos lagrimones de un tamaño considerable, sera que soy un sensible.... Solo os puedo instar a que veáis ambas obras, pues creo que merecen la pena.

Dejando el cine patrio atrás, paso a comentaros otras dos películas que me han parecido muy recomendables. La primera es La vida secreta de Walter Mitty, dirigida y protagonizada por Ben “Mirada Mágnum” Stiller. Uno de los mayores clichés del cine americano, en mi opinión, es la evolución personal del marginado, o como un personaje aparentemente gris y nada especial, cambia y se convierte en el rey del mambo, por así decirlo. Es un género bastante curioso y disfrutable por norma general, pero esta aventura que se ha marcado el señor Stiller es mucho más que eso. Posiblemente uno de los mejores apartados fotográficos que he visto en mucho tiempo (aludiendo un poco a la revista Life, donde Walter trabaja) consigue atraparnos por su belleza, para que luego el guión remate la faena con una maestría considerable. Bravo por el nuevo trabajo del señor Stiller, que con el tiempo esta madurando en un buen actor/director contrariamente a lo que muchos pensaban.

La segunda película esta un poco mas apartada del circuito comercial y cercana al genero Indie tan de moda últimamente, aunque no estoy muy seguro de clasificarla así, todo sea dicho. Titulada Her, el nuevo trabajo del amigo Joaquin Phoenix a cargo del director de Como ser John Malkovich, Spike Jonze, es una mirada al futuro y al interior del ser humano como animal social. Imaginando un futuro distópico no muy lejano, donde la tecnología se integra en la vida social hasta limites insospechados, nos encontramos con una historia de “amor” entre un ser humano y una inteligencia artificial, un sistema operativo con sentimientos y la voz de Scarlett Johansson. ¿Disparatado? Puede ¿Posible? Pues también. A día de hoy, con las redes sociales y los avances tecnológicos tan ligados al ser humano, la idea de que una inteligencia artificial que evolucione con el usuario y produzca que este se enamore de ella es muy probable a la par que aterrador. Temas ya tratados por genios de la ficción científica como Asimov o Lem, se nos acercan ahora con la forma de una buena película que, a no ser que a Hollywood se le crucen los cables, valga la redundancia tecnológica, bien podría valerle un Oscar al bueno de Phoenix, que creo se lo ha ganado, tanto por esta como por sus últimos trabajos.

Y hasta aquí me llega el cine por ahora, espero retomar la inspiración dentro de poco y si los exámenes no me destruyen antes. Espero que os haya gustado y os animo a verlas. Nos leemos.