Hace bastante que no escribo, desde que
ocurriera lo que mencionó en el anterior post, mi creatividad se ha
ido en busca de la madre de Marco, así que como no se me ocurre
material para escribir ficción ni queriendo, voy a usar la idea de
la madre de ovejones, Bea, del blog Una de Rizos... y contar mi
experiencia con eso del Tinder, a ver si me sale algo alegre y
entretenido. Para los que viven en Phobos, esa bonita luna
de Marte, deciros que busquéis casa nueva para dentro de un tiempo
porque va a reventar aquello, y que Tinder es una aplicación
gratuita para conocer gente de un modo curioso ahorrando muchos
pasos.
Básicamente la aplicación te va
enseñando fotos de perfiles de personas dentro de unos parámetros
que tú estableces, y tú le das a un lado si te gusta/agrada o al
contrario si no es así, todo muy sencillo. En caso de que la otra
persona vea tu perfil y le guste la aplicación te lo dice y puedes
hablar con la persona en cuestión, mientras no. Yo la verdad comencé
a usarlo por curiosidad y porque la idea me parece buena para las
personas cortadas como un servidor, que aunque con confianza puedo
hablar bajo agua, sin ella me cuesta la vida conocer gente y
relacionarme desde cero. Suena bien, ¿no? El problema es la fauna
que habita en la aplicación...
Existe un universo paralelo en el que
la gente tiene una vida la mar de interesante comparada con la de uno
y se llama Tinder. Es brutal la cantidad de cosas que hace la gente
supuestamente normal, hay veces que uno acaba preguntándose que hace
con su vida que no está saltando en paracaídas desde un avión de
la Luftvaffe. Voy a intentar catalogar, desde un punto de vista
biológico la fauna reinante.
La Iletrada: Grupo de féminas que
aparte puede englobar otros grupos y conforman el 90 % de señoras en
Tinder. No tienen absolutamente nada escrito en la descripción, solo
apoyan su perfil con fotos suyas. Tengo varias teorías, como que
tienen una vida sexual tan agitada por Tinder que han olvidado como
se hacía eso de escribir, o que van de sobradas por el universo y no
necesitan describirse por ello. Movimiento hacia la izquierda el 99 %
de las veces.
La Barbie Malibu: Señoritas que bien
podrían ser modelos, actrices porno o esposas de presidentes/reyes.
Nada en contra de este grupo, por supuesto, pero me extraña mucho
que tengan necesidad de Tinder para conocer gente, la verdad.
La Coelho style: No busques, no está,
por más que revises sus fotografías, no existe nada que revele su
aspecto. Son el fantasma de las navidades futuras, con suerte, o
pasadas, generalmente. Estas chicas solo tienen frases
introspectivas, fotografías de paisajes y todo tipo de parafernalia
existencialista. Nunca se sabe que pueden esconder esas frases, yo
por si acaso deslizo a la izquierda.
Xena la princesa guerrera: Este
grupito, que aunque parezca mentira me pongo colo... perdón, que
aunque no lo parezca es el más numeroso, hace que directamente uno
se replantee la existencia y pruebe suerte cazando tigres de bengala
usando chinos de Pedregalejo como arma arrojadiza. Mujeres
cabalgando, saltando en paracaídas, escalando, haciendo rafting,
carting, snowboarding, squirting... un mundo de aventuras para el que
el resto de los mortales no estamos preparados.
La familia desestructurada: No me
malinterpretéis, no tengo nada en contra de que si una mujer tiene
una familia busque conocer gente como cualquiera, pero tampoco es
plan de poner fotos del bautizo de tus trillizos, de tu boda, del
viaje de novios y de la firma de papeles del divorcio, vamos, digo
yo. No sé, a mí me intimida un poquito, no mucho, ¿eh? Solo un
poquito.
La “normal”: Existen, si, como en
todos lados, pero tienen trampa. Ese entrecomillado esta ahí por
algo. Aparentemente normales, gente con la que se puede conversar de
cualquier cosa, que te hace recobrar la fe en la humanidad, hasta que
se revelan las comillas. Porque existe una gran probabilidad de que
sea una loca del coño en potencia, oculta en esa normalidad,
agazapada para en cualquier momento soltarte cualquier combinación
desigual, con un vota a fuerza nueva, o cualquier tipo de
esquizofrenia, de esas de toda la vida vaya, eso si es realmente
quien dice ser, que también puede ser.
La ocurrente: Este es el mejor grupo,
la creme de la creme. Chicas con un buen sentido del humor, que
priman otras cosas a parte del físico en su perfil y te encandilan
con cosas como que si piensas que Plutón no es un planeta no mereces
vivir, personas que prefieren una buena conversación a una tableta
de abdominales made in Mercadona, o que salen haciendo el chorra con
unas gafas de bucear en el salón de su casa. The very best.
El robot que viene del futuro para
venderme Neutrex Gel: Este último grupo es el más odioso.
Simplemente son bots de páginas de contenido erótico que hacen
perfiles de chicas de apariencia normal u ocurrente, para cuando te
salta el match, que lo hace siempre, soltarte que le encanta el sexo
con desconocidos y que vayas a tal página. Lo único bueno que
tienen es que me han dado la entrada perfecta para empezar una
conversación, que es esa, preguntar si es un robot del futuro.
Seguro que me dejo algún tipo por ahí
suelto, pero con semejante fauna es complicado catalogarlo todo.
Personalmente no he tenido una mala experiencia, salvo por un par de
personas que en principio estaban interesadas y luego no, pero bueno
son cosas que pasan. Por cierto, el título del post, que no lo he
dicho, hace referencia a una frase que me dijo una de esas personas
que parecía interesada en intentar algo pero que luego se diluyó.
Pero me hizo mucha gracia como me lo dijo y le pregunté si podía
usarlo para escribir algo. Y nada más, espero que os haya gustado mi
pequeño análisis al mercado femenino de Tinder, un abrazo y espero
seguir escribiendo más a menudo.