martes, 24 de noviembre de 2015

Me pareces guapo pero no me importa.

Hace bastante que no escribo, desde que ocurriera lo que mencionó en el anterior post, mi creatividad se ha ido en busca de la madre de Marco, así que como no se me ocurre material para escribir ficción ni queriendo, voy a usar la idea de la madre de ovejones, Bea, del blog Una de Rizos... y contar mi experiencia con eso del Tinder, a ver si me sale algo alegre y entretenido. Para los que viven en Phobos, esa bonita luna de Marte, deciros que busquéis casa nueva para dentro de un tiempo porque va a reventar aquello, y que Tinder es una aplicación gratuita para conocer gente de un modo curioso ahorrando muchos pasos.

Básicamente la aplicación te va enseñando fotos de perfiles de personas dentro de unos parámetros que tú estableces, y tú le das a un lado si te gusta/agrada o al contrario si no es así, todo muy sencillo. En caso de que la otra persona vea tu perfil y le guste la aplicación te lo dice y puedes hablar con la persona en cuestión, mientras no. Yo la verdad comencé a usarlo por curiosidad y porque la idea me parece buena para las personas cortadas como un servidor, que aunque con confianza puedo hablar bajo agua, sin ella me cuesta la vida conocer gente y relacionarme desde cero. Suena bien, ¿no? El problema es la fauna que habita en la aplicación...
Existe un universo paralelo en el que la gente tiene una vida la mar de interesante comparada con la de uno y se llama Tinder. Es brutal la cantidad de cosas que hace la gente supuestamente normal, hay veces que uno acaba preguntándose que hace con su vida que no está saltando en paracaídas desde un avión de la Luftvaffe. Voy a intentar catalogar, desde un punto de vista biológico la fauna reinante.

La Iletrada: Grupo de féminas que aparte puede englobar otros grupos y conforman el 90 % de señoras en Tinder. No tienen absolutamente nada escrito en la descripción, solo apoyan su perfil con fotos suyas. Tengo varias teorías, como que tienen una vida sexual tan agitada por Tinder que han olvidado como se hacía eso de escribir, o que van de sobradas por el universo y no necesitan describirse por ello. Movimiento hacia la izquierda el 99 % de las veces.

La Barbie Malibu: Señoritas que bien podrían ser modelos, actrices porno o esposas de presidentes/reyes. Nada en contra de este grupo, por supuesto, pero me extraña mucho que tengan necesidad de Tinder para conocer gente, la verdad.

La Coelho style: No busques, no está, por más que revises sus fotografías, no existe nada que revele su aspecto. Son el fantasma de las navidades futuras, con suerte, o pasadas, generalmente. Estas chicas solo tienen frases introspectivas, fotografías de paisajes y todo tipo de parafernalia existencialista. Nunca se sabe que pueden esconder esas frases, yo por si acaso deslizo a la izquierda.

Xena la princesa guerrera: Este grupito, que aunque parezca mentira me pongo colo... perdón, que aunque no lo parezca es el más numeroso, hace que directamente uno se replantee la existencia y pruebe suerte cazando tigres de bengala usando chinos de Pedregalejo como arma arrojadiza. Mujeres cabalgando, saltando en paracaídas, escalando, haciendo rafting, carting, snowboarding, squirting... un mundo de aventuras para el que el resto de los mortales no estamos preparados.

La familia desestructurada: No me malinterpretéis, no tengo nada en contra de que si una mujer tiene una familia busque conocer gente como cualquiera, pero tampoco es plan de poner fotos del bautizo de tus trillizos, de tu boda, del viaje de novios y de la firma de papeles del divorcio, vamos, digo yo. No sé, a mí me intimida un poquito, no mucho, ¿eh? Solo un poquito.

La “normal”: Existen, si, como en todos lados, pero tienen trampa. Ese entrecomillado esta ahí por algo. Aparentemente normales, gente con la que se puede conversar de cualquier cosa, que te hace recobrar la fe en la humanidad, hasta que se revelan las comillas. Porque existe una gran probabilidad de que sea una loca del coño en potencia, oculta en esa normalidad, agazapada para en cualquier momento soltarte cualquier combinación desigual, con un vota a fuerza nueva, o cualquier tipo de esquizofrenia, de esas de toda la vida vaya, eso si es realmente quien dice ser, que también puede ser.

La ocurrente: Este es el mejor grupo, la creme de la creme. Chicas con un buen sentido del humor, que priman otras cosas a parte del físico en su perfil y te encandilan con cosas como que si piensas que Plutón no es un planeta no mereces vivir, personas que prefieren una buena conversación a una tableta de abdominales made in Mercadona, o que salen haciendo el chorra con unas gafas de bucear en el salón de su casa. The very best.

El robot que viene del futuro para venderme Neutrex Gel: Este último grupo es el más odioso. Simplemente son bots de páginas de contenido erótico que hacen perfiles de chicas de apariencia normal u ocurrente, para cuando te salta el match, que lo hace siempre, soltarte que le encanta el sexo con desconocidos y que vayas a tal página. Lo único bueno que tienen es que me han dado la entrada perfecta para empezar una conversación, que es esa, preguntar si es un robot del futuro.

Seguro que me dejo algún tipo por ahí suelto, pero con semejante fauna es complicado catalogarlo todo. Personalmente no he tenido una mala experiencia, salvo por un par de personas que en principio estaban interesadas y luego no, pero bueno son cosas que pasan. Por cierto, el título del post, que no lo he dicho, hace referencia a una frase que me dijo una de esas personas que parecía interesada en intentar algo pero que luego se diluyó. Pero me hizo mucha gracia como me lo dijo y le pregunté si podía usarlo para escribir algo. Y nada más, espero que os haya gustado mi pequeño análisis al mercado femenino de Tinder, un abrazo y espero seguir escribiendo más a menudo.

domingo, 18 de octubre de 2015

The leftovers.


Al entrar en mi perfil en Facebook, lo primero que cualquiera puede ver es una foto en la que seis amigos posan contentos tras una copiosa cena. Este viernes pasado, de esos seis, solo quedan cinco. Suena duro, pero la realidad es aún peor.
Asumir algo así es cuestión de tiempo, como todos mis amigos dicen, de aguantar y dejar que la memoria se calme y deje de soltarte flashes de pasado compartido, pero yo no quiero olvidar. No dejo de pensar en como no lo vimos, como se nos escapó que estaba mal, que arrastraba una depresión de lejos y que esa eterna sonrisa era un disfraz. Vivir alejado de los tuyos, con un trabajo que come la moral y la fe en la humanidad, no es fácil de llevar, es solo que no consigo llegar a un motivo, a lo que lo empujo a decir ya no más. Dejadme que os hable un poco de él.

Tenía mi edad, de hecho, nos conocemos desde el colegio, en esos días en que él, otros dos y yo, quedábamos en mi casa para sacar el radiocasete al descansillo y aprender a bailar juntos. Recuerdo muy bien cuando iba a su casa a jugar a la megadrive, a asomarnos a la terraza para ver a la vecina de enfrente tomar el sol en bikini, o cuando le grabe el espíritu del vino de Héroes del Silencio, una de sus grandes pasiones.

¿Pasiones? Tenía muchas. Era músico, recuerdo cuando concursó en televisión en canal sur, con su guitarrita y sus posturas. Ahora estaba más centrado en la pintura, cada semana tenía un óleo nuevo completamente diferente al anterior, nunca le faltó inventiva u originalidad. Juntos conocimos la mayoría de mis aficiones actuales, los videojuegos, la música, el rol y el cine. Muchas tardes pasamos juntos en su casa, dando lugar a un sin fin de anécdotas y frases ingeniosas. Siempre me reprochaba que una tarde le dije “¡Quién tiene un amigo, tiene comida!” mientras me comía sus magdalenas. Siempre tenía una palabra amable, una broma o una sonrisa, fuera la situación que fuera. Hasta una tarde que nos atracaron catorce o quince gitanos volviendo de Canadian en la que, al verme tan alto, me pegaron a mí mucho más, consiguió sacarme una sonrisa luego, porque unos golpes no son nada, al menos, comparado con esto.

Luchó muchos años contra una oposición, para llegar a ser policía, que sin ser su sueño, era un medio como cualquier otro para ayudar a los demás. Antes de eso trabajó mucho en clínicas ayudando a personas mayores y enfermos, pero él necesitaba más y apuntó a la policía. Y lo consiguió. Y lo mató. Suena muy mal, pero me niego a pensar que solo fue él, que solo sus problemas personales lo llevaron a eso. No me malinterpretéis, conozco a muchos policías y respeto su profesión, pero en un puesto como el que él tenía, atendiendo a los problemas del ciudadano, oyendo a diario cosas que le helarían la sangre a cualquiera, debería haber estado controlado por decirlo de algún modo. Es imposible que alguien tan empático como él no sufriera y perdiera la fe en la humanidad, llevándolo a lo que lo llevó.

Solo, en una ciudad que no es la suya, trabajando en algo que no es fácil... Y cuando venia a su tierra, era todo risas, todo historias interesantes, porque aquí estaba seguro entre los suyos. Y decidió que no lo soportaba más. Y se fue. Y si lo tuviera delante le daría una paliza. Y le preguntaría como estaba y me lo llevaría de fiesta. Y no estaría escribiendo con lágrimas en los ojos sin saber como sentirme ni que ha pasado. Pero aquí estoy, solo, escribiendo a la memoria de un amigo que ya no está. Y para mí siempre seremos seis.

lunes, 14 de septiembre de 2015

A María le gusta Juan pero no José.

-Oye pues la Trini esta buena ¿eh?.
-Pero que dices tío, si parece un castor con sobredosis de esteroides.
-Pues yo le daba esteroides...
¿Cuantas veces habremos tenido este tipo de conversación con amigos o amigas? ¿Cuantas veces habremos pensado que fulanito o menganita tiene un gusto horroroso? Preguntas típicas en una sociedad que se rige por unos valores impuestos, modas pasajeras y estereotipos, pero lo realmente importante, lo que hace que escriba esto es el porqué. A María le gusta Juan pero no José.
“Pues vaya tema tonto, pues porque le gusta y punto, esto es una perdida de tiempo.” puede que penséis, pero no es la cuestión. Lo que quiero tratar es el porqué, de donde sale ese gusto, que razones tiene María para sentirse atraída por Juan y no por José. 

Si nos fijásemos en cuestiones evolutivas, podría ser debido a que Juan le aporta cosas que José no, le da más confianza, le aporta sustento y seguridad. Que fácil sería todo si viviéramos en un paraíso darwiniano, en el que la supervivencia de la especie primara al gusto personal, donde miles de tarugos de gimnasio dominaran el planeta entre demostraciones de virilidad, Hunga hungas y porrazos en la cabeza. Pero no es así, Juan puede ser perfectamente un tío delgado y bajito mientras José es primo segundo de Conan el bárbaro.

Entonces serán los gustos compartidos, las aficiones, o la afinidad sexual, ¿no? Pues tampoco estoy seguro de ello. En el ámbito personal, me han gustado mujeres totalmente opuestas a mí, con gustos como Los Simpsons, Nicky Minaj, los toros, el barrio, fumar, e infinidad de cosas más que a mí personalmente me horrorizan. Luego físicamente es igual, he estado con mujeres gorditas, con flipadas del fitness, con pechos grandes y pequeños, posaderas agarrables y que se escurrían, sin desmerecer una cosa o la otra, me gustaba sin yo poder hacer nada.
Pasa igual con la personalidad, muchas veces te gusta una persona porque tiene una personalidad fuerte, que te atrae y te hace fluir, pero más adelante resulta que te cuelgas de alguien que es todo lo contrario y no sabes realmente porqué. ¿De dónde procede ese gusto? ¿A qué se debe?

Luego está el caso de José, el cual es todo lo que María busca en un hombre, atento, servicial, divertido, guapo e ingenioso. Sin embargo, no le atrae para nada, es como si mirara la pared, nada hace tilín, no tiene insectos polinizadores en la barriga ni cascadas tropicales en la entrepierna. Y uno piensa para sí mismo “Pero a ver, si Isa tiene todo lo que me gusta de una mujer ¿Porqué no me atrae nada?” y analiza la situación y se da cuenta de que no lo entiende. Es curioso el comprobar como personas que se conocen, que supuestamente deberían ser el uno para el otro perfectos, no se atraen mutuamente hasta dar asco. Pero ocurre muy frecuentemente y creo que es digno de estudio. Y no hablo de relaciones amistosas, o de pagafantismo o cosas así, si no de personas que vistas desde fuera y conociéndolas bien, serian la pareja perfecta y, no solo tú, si no todos los que los conocen, coinciden en ello.

¿Existen patrones en el gusto? Seguramente, todos tenemos cosas que nos gustan más o menos, pero lo extraño de todo es que, aún siendo primordiales para cada cual, luego nos los saltamos como si nada. Personalmente creo que cada persona porta un gen caótico, algo que no puede controlar y que hace que te resulten atractivas cosas que no esperas, es la galleta china de la suerte, la bola mágica del futuro, algo con lo que no cuentas para nada pero te asalta cuan horda mongola atravesando las puertas del castillo que el bufón de la corte dejó abiertas por error.
El ser humano es maravilloso, es algo que nunca dejará de sorprendernos, positiva y negativamente, somos la hostia, nos guste o no.

domingo, 2 de agosto de 2015

Expreso.

Siempre que puedo, y el tiempo y los horarios me lo permiten, trato de viajar en tren. Aunque sean muchas más horas que en avión, aunque la incomodidad de los asientos me erosione la espalda y las rodillas. Siempre he visto en el tren un lado romántico, un deje a viejo que lucha por sobrevivir en los tiempos modernos, un poco como el neovictorianismo tan de moda últimamente en la literatura.
Podría pasar días enteros mecido por el traqueteo de los vagones mientras en mi mente fluyen ideas y nuevos personajes para mi trabajo, si no fuera porque en este trayecto no pude escribir absolutamente nada, y se lo agradezco al destino, a los hados o a quien la pusiera en la butaca de enfrente.

Allí estaba yo, ensimismado, con la mirada perdida entre las parejas que se despedían en la estación, en esos momentos tristes y sinceros que marcan tanto el comienzo como el fin, cuando me percaté de su presencia. No creo que mi estupor ayudara nada a esa primera impresión, pero no pude dejar de mirarla mientras guardaba su maleta y se acomodaba en su asiento. Recuerdo que me resultó cómico lo mucho que luchó contra su equipaje para encajarlo encima del asiento. Describirla me resulta difícil, nunca he podido ser objetivo con ella, pero dejadme intentarlo. Lo primero que me llamó la atención fueron sus ojos. Eran grandes y bonitos, de un color entre el marrón y el miel precioso, era difícil no mirarlos sin quedarte boquiabierto. Tenía una larguísima melena rubia, con tirabuzones que le llegaban casi a las caderas. Me sería imposible describir su físico sin hacer ninguna mención al creciente bulto que provocaba en mi pantalón, así que dejaré eso aparte. Y su cara... bueno, los que me conocen saben que gracias a ella logré terminar mi mejor obra hasta la fecha, tal es la inspiración que en mí provoca.

Trate de controlarme, de no llamar su atención más de lo que un hombre que se queda embobado con la persona de enfrente puede y centrarme en escribir, había elegido aquel trayecto para empezar la última parte de mi trilogía del infierno, tenía que centrarme en mi trabajo. Así que abrí el portátil, ejecuté el procesador de textos y mire al folio en blanco que me mostraba. Recuerdo exactamente el número de comienzos que deseché en un rato, treinta y cinco, curiosamente la edad que tenía en aquel entonces.

- ¿Qué es lo que borras con tanto esmero? - Su voz me pilló por sorpresa y el sobresalto hizo que el portátil viviera lo mismo que un todoterreno en el París Dakar. La risa que esto causó me tranquilizo un poco.
- Dios que vergüenza. La verdad es que se ve que no estoy inspirado hoy, es bastante frustrante...
- Ummm ¿Sabes? Siempre me han parecido curiosos los escritores, así que te propongo algo. No sé sobre que escribes, pero creo que cualquier idea nueva y ajena puede serte útil, así que deja que haga de musa por un día, durante el viaje, y veamos que ocurre ¿Te parece?
- Pues la verdad es que te lo agradecería, puede que hasta te incluya en los agradecimientos si conseguimos algo. - Esperaba que aquella chulería inexperta no le produjera la misma vergüenza que a mí, pero por lo visto le resultó interesante.
- Eso ya se verá. ¿Sabes lo que más me gusta de viajar en tren? Que posiblemente sea la metáfora más clara de la vida que conozco. Un montón de desconocidos comparten un viaje con un destino concreto y múltiples paradas, cada uno baja donde le toca, muchos demasiado pronto, otros, al final del trayecto, pero todos comparten el tren. Siempre me ha gustado pensar que la vida es un viaje que se comparte con desconocidos, con los que, según la suerte que tengas, puedes o no compartir vagón. ¿Quién sabe, igual ha sido una suerte que compartamos vagón, no te parece?

Y ese fue el comienzo del mejor viaje que recuerdo, seguimos hablando allí, en la cafetería, en los pasillos y hasta en los baños. Lo recuerdo como si fuera ayer, y hoy en día sigo dando las gracias a la persona que tuvo la idea de poner a la que hoy es mi musa y madre de mis hijas en el asiento de enfrente, porque aún compartimos ese vagón que es la vida con un destino que, ni conocemos, ni nos preocupa.

miércoles, 22 de julio de 2015

Ortimer Wallace.

Es una verdad universalmente conocida que, como mujer soltera, una tiende a encontrarse con especímenes de lo más variado en el género masculino. Y no puedo decir que sea la mujer más normal de la tierra, tengo montones de manías y rarezas, pero tampoco tantas. Al menos no tantas como Ortimer. Si, se llama Ortimer Wallace, mi ultima adquisición como fémina con hormonas rampantes y en pie de guerra, peleando cada posición estratégica en mi pequeño cuerpo. Veréis, entre el número indeterminado de personas que he tenido la suerte o desgracia de conocer, él se lleva la palma, es el hombre más raro que he conocido, un rara avis con todas las de la ley y me gustaría contaros mi experiencia.

El día que lo conocí estaba paseando el perro por el parque. Es un tópico bastante real eso de que se liga teniendo perro, yo lo uso bastante y se conoce a gente interesante, aunque vamos a lo que vamos que me voy por las ramas. Eran las dos de la tarde, en Julio, harían como 34.º y allí estaba él. Sentado en un banco, con una camisa abotonada hasta el cuello, Dios que angustia solo de pensarlo, unos pantalones cortos por la mitad de la espinilla, una barba capaz de albergar una colonia de mapaches y un corte de pelo entre grasiento y plástico, no sé cómo definirlo aún. Sí, su aspecto me causó una curiosidad inusitada ¿Cómo alguien en su sano juicio podía ir así por la vida?
Pero lo que me hizo acercarme y hablarle no fue su aspecto, fue lo que hacia. Imagináoslo de esa guisa, con un monopatín enorme al lado, y, atención, una maquina de escribir. Una jodida maquina de escribir. Lo sé, lo sé ¿Cómo pudiste acercarte a alguien así? ¿No ves que no puede estar bien de la cabeza? Llamadme loca, pero me considero aventurera y que diablos, me pareció curioso.

Me acerqué y le pregunté que escribía. Respondió que una disertación sobre como el café de Starbucks supera con creces al de otras cafeterías, lo cual me pareció ridículo pero gracioso, una broma ingeniosa, aunque luego descubrí que era real. Empezamos a hablar y bueno, me pareció mono, así que acepte su invitación para tomar algo esa misma tarde. Cuando llegó la hora, allí estaba yo, en plan diva pero sin pasarme, mostrando el género pero sin venderlo demasiado, a comerme el mundo vaya. Y allí estaba él, exactamente igual que esa mañana, resultó que tenía varias prendas iguales y que tenía ese “outfit” previsto para hoy.

Fuimos a un sitio muy “cool” donde cobraban hasta por los posa vasos y todas las bebidas tenían nombres de origen tailandés. Me contó que todo lo que recaudaba el garito se usaba para salvar a unos ñus originarios de allí o algo por el estilo. Entre sus aficiones se encontraban el croos-fit, la zumba, el power-fit, la calistenia, la bachata, la salsa, el Kite surfing, el hiking, el running y un montón de cosas más que no recuerdo. Que está genial tener tantos gustos, pero que ya podía gustarle el parchís o el fútbol. La velada se alargó y acabamos en su casa, por fin un poco de acción, o eso pensaba yo. Está visto que aún existe gente que lo de tomar la ultima se lo toma al pie de la letra. Y allí estaba yo, en la casa de Ortimer, tomándome un vermú negro mientras me contaba el ciclo de desove de los cetáceos del mar del norte. Y en eso quedó todo, tanto cross-fit para no ser ni capaz de empotrarme como dios manda. Pobre Ortimer, la verdad es que no creo que le sentara bien que no quisiera quedar de nuevo con él, pero una tiene necesidades y no tiene el chichi para farolillos para aguantar tal cantidad de palabrería sin acción. Lo siento Orti.

lunes, 8 de junio de 2015

El estudio de las montañas.

Tras un periodo de tiempo sin escribir debido a los exámenes y a la falta de inspiración, he recibido una descarga inesperada de lucidez, como quien no quiere la cosa, gracias a mi interacción con el medio y las personas que lo pueblan. Si, es como si un animal salvaje hubiera escapado de su jaula y se horrorizara con lo que existe fuera de su estanco mundo, pero a veces uno no puede sino compararse con lo salvaje, como ya lo hiciera Yank en la obra de Eugene O´Neill, y sentir que algo de esos individuos que existen a tu alrededor no es afín a tu manera de entender lo humano.
Ese algo que me repele, esa característica que encuentro insoportable e intolerable, de la que huyo como de la peste, es el egoísmo.

Si amigos, existe un tipo de persona que independientemente de lo que ocurra, del momento o de la situación, solo piensa en sí mismo, sin darle importancia a nada más, es ese tipo de persona que, como el título del post, si se le da a elegir entre cuatro montañas especificándole que elija la que yo vería, eligen la que ellos ven. Porque son así, porque les sale de dentro, porque ellos lo valen. Estos egocéntricos animales pululan cuan aves salvajes, volando de aquí para allá, pensando en sus verdades e imposiciones, hasta que dan con alguien a quien abducir. Porque ellos abducen, te pintan su vida como si de una película de Fellini se tratara, te arropan en su mundo, te seducen en su pena y te arrastran a su gozo, te anulan, violan tu conversación convirtiéndola en una botella de wiski del malo, del que cuesta cuatro euros el litro. Todo es incomparable a su espumoso rosado, a su burbon centenario, tu voluntad se doblega a su realidad, y tu, inconsciente, entras pensando que es alguien que se siente solo, que se abre a ti por apego, simpatía o cariño, y te equivocas de principio a fin.

Y ahí estas tú, sintiéndote mal por esa persona, involucrándote por alguien que crees merece la pena, porque si comparte todo eso contigo es por algo... ¿No? Pues no. Te equivocas, no podrías importarle menos. Tú eres, simplemente, una herramienta. Eres una vía de escape para su ego, un conducto directo a la realización personal que ese tipo de personas necesitan, su orgasmo diario. Y esto no tiene nada que ver con el amor propio, que es algo positivo para la persona, en el que se puede avanzar junto a los que te importan y se preocupan por tu persona, estos seres minan ese amor propio, te lo sustituyen por el suyo, te hacen creer que el bien común es lo que a ellos le conviene.

Este comportamiento se complementa muy bien con el de la gente que se preocupa, que se interesa por los demás, que antepone al prójimo a sí mismo, porque ellos son fuertes y duros y no necesitan tal atención, esas personas que de buenas son tontas, lo que normalmente se conoce como buena persona. Sé de lo que hablo. Os doy un consejo, como amigo, como persona que se preocupa por el prójimo, como alguien que ha aguantado este tipo de personas toda su vida. YA ES SUFICIENTE. 
No merece la pena, en serio, no mal gastéis tiempo, esfuerzo, cariño o atención por alguien que NO QUIERE ESO. Vuestra simpatía, vuestra preocupación, el tiempo y el estar ahí, todo eso cae en saco roto, se pierde, desaparece. Así que huye, obvia a esta gente, que se encuentren entre ellos y que sus egos se devoren entre si, apártalos de tu vida, porque solo quieren usarte, quieren un saco de boxeo vacío, para llenarlo y golpearlo con su ego.

Sin más me despido, esperando que os resulte interesante mi opinión y os animo a que opinéis sobre ello. Un saludo y espero que nos sigamos leyendo.

viernes, 22 de mayo de 2015

Recuerdos críticos

Ayer por la mañana respondía al twitt de una amiga en referencia al pagafantismo, aludiendo que todo el mundo tiene o puede tener ese tipo de comportamiento a lo largo de su vida. Tras una sobremesa como siempre rica en ideas y pensamientos, he decidido saltarme un poco eso de no escribir nada o muy poco referente a mi particular persona y hacer un poco de autocrítica, pues exteriorizar cosas personales creo que ayuda a ver los fallos que uno comete e impulsa el crecimiento personal, aunque como crezca más voy a tener un problema con la ropa. Bromas a parte, he estado pensando en las cosas que he hecho, en las experiencias que he tenido y en como han definido mi persona, y creo que estaría bien ponerlas por escrito, así que empecemos con los recuerdos, en los cuales obviare nombres, lógicamente, y no llegare a la época universitaria porque sería demasiada la mezcla emocional.

Lo primero que debo hacer es pedir perdón. A mi siempre me han dicho que de bueno soy tonto, cosa que igual luego se entrevé, o no, pero también he de confesar que antes no pensaba mucho en nadie más que en mi y me comportaba como un capullo. Recuerdo que, estando en el instituto, siempre me estaba quejando de que no ligaba nada. Total, que mi hermana, con toda su buena voluntad y sin saber lo que yo haría, me dijo que tenia una amiga a la que le gustaba. Yo estaba en mi época rebelde total, en plan death metal, lluvia de hachas y melena al viento. Mi hermana quedo con esa chica para presentármela, la trajo al portal de casa para que yo bajara y la conociera, que habláramos aunque fuera un rato. ¿Y cual fue mi reacción? Pues bajé, la vi y no me entró por el ojo, me la presentó, dije ¿Ya? Y me subí de vuelta a casa. No puedo ni imaginar lo mal que lo pasaría la chiquilla, que no se esperaría una reacción como aquella. Yo supongo que el karma luego me la ha ido devolviendo poco a poco, pero echando la vista atrás me arrepiento muchísimo de ello, más siendo una persona que intenta darle más importancia a la persona que al físico, así que le pido disculpas a esa chica, aunque no valga de nada, ahora jamás seria así de estúpido con alguien que no merezca algo así.

Al año siguiente ligué en el insti. Yo seguía igual de rebelde, pero esta vez la chica me gustaba. Tendría un año menos que yo, según recuerdo, y me parecía bastante guapa, por lo que me envalentoné y le propuse quedar y conocernos. Estuvimos viéndonos unos cuantos días y en mi universo particular, la cosa iba genial. La realidad era bien distinta. La chica se estaba aburriendo por momentos y ello era debido a que no hacíamos nada salvo hablar, yo la mayor parte del tiempo. Puede que siendo un adulto uno quiera conocer bien a alguien para ver si hay feeling o atracción aparte de lo físico, pero con quince años... Uno lo que quiere es pasárselo bien y si pilla cacho mejor, sea hombre o mujer, y esto es una realidad. Así que la chica dejó de querer quedar y se acabó liando con un chaval mayor conocido como “Mato, el fantasma”, un señor que se encontró una mina de oro con su padre, el cual peleó con una anaconda en el zoo de Fuengirola, justo antes de darse una vuelta con sus amigos moteros en sus harley, días después de caerse de un vagón de la noria a uno inmediatamente inferior donde había una chica guapísima con la que se acabó enrollando. Puede que esto me hiciera aprender a ser más decidido pero me sigue costando una barbaridad dar el primer paso en estas cosas, gracias a dios que mi conversación a mejorado y ahora al menos soy gracioso en momentos puntuales, si no seguiría siendo virgen vaya.

Al tiempo empezó a gustarme una amiga de mi hermana, cosa que ahora veo bastante lógica puesto que no había féminas en mi grupo de amigos. Osea que estaba muy predispuesto a caer prendado de cualquier chica que me pareciera atractiva, y esta chica lo era bastante, y lo sigue siendo vaya, pero era algo con menos futuro que la carrera a la presidencia española del pozi, aunque igual lo haría mejor que el actual gobierno. Recuerdo que empecé a quedar con ella y mi hermana, junto con un amigo, con bastante asiduidad. Era la época de los móviles, en pleno auge del sms, osea que imaginad mi verborrea textual comprimida en montones de mensajes con la longitud de un capítulo promedio del quijote. Y supongo que ella pues me vería como el hermano de su amiga, que escribía cosas monas en el móvil o que era un coñazo, que también puede ser. Recuerdo que a ella le gustaba un amigo de mi hermana, y mi pagafantismo llego al extremo de, cuando el chaval tuvo un accidente de moto y estaba ingresado, acompañarlas al hospital para que no fueran solas, imaginad la escena, la chavala llorando hecha polvo por el tío que le gustaba y yo allí, aguantando el temporal. Yo ahora lo pienso y se me cae un poco la cara de vergüenza, pero oye cosas que hace uno por “amor”, aunque no tuviera ni idea de lo que era en aquel entonces. Con el tiempo deje de verla tanto y me dedique a otras cosas más acordes con mi época de caos y destrucción.

Con la revolución tecnológica llego internet y con ella la posibilidad de ligar a distancia, y como no podía ser de otro modo, ahí iba yo, a la aventura del irc en busca del amor entre letritas de colores y canales frikis. En aquellos días, cuando el anime era conocido como manga, yo frecuentaba el canal de la asociación de anime y manga de jerez, otakushin creo recordar, donde conocí a bastante gente que luego fueron desapareciendo casi en su mayoría, como suele pasar en la vida. Entre las personas que no desaparecieron, se encontraba mi primer flechazo allende málaga, una chica de la que solo sabia su gusto por la buena música, por las series de animación y por hablar conmigo hasta que se fundieran los plomos. Y como yo para otra cosa no, pero para hacer locuras tengo valor de sobra, allí me plante, en jerez de la frontera, para conocerla y que fuera lo que dios quisiera. Obviamente, no podía salir bien el asunto, distancia y tiempo se unían en contra mía, además recuerdo que pille un berrinche monumental con uno de mis mejores amigos incluso, en una moraga a la que vino un montón de gente de allí, porque pensaba que estaba ligando con ella, dando lugar a la expresión “mirando a poniente”, que fue como estuve toda la moraga, imbécil que era uno. Pasó bastante tiempo después de aquello, ella conoció a un chico y bueno, esa es otra historia, pero al menos no hace mucho retomamos el contacto y me alegro de tenerla ahí como amiga tras tanto tiempo y plagio de canciones de mago de oz (si, yo era muy tuno y dedicaba el templo del adiós como si la hubiera escrito yo, que pasa).

Si no encontraba el amor en el extranjero andaluz, igual tenia que esperar a que el amor extranjero andaluz viniera a mi. Poco después conocí a una chica cordobesa que comenzaba la universidad y no conocía a nadie en málaga, así que para hacerle el favor a una amiga en común, quede con ella y mis amigos para salir de fiesta. Fue curioso que nos encontráramos con mi hermana y la anteriormente citada amiga, ahora que lo pienso, pero lo pasamos genial. Esa noche, volviendo a casa, ella agarrada a mi cintura y yo con mi brazo sobre sus hombros, me dijo una de las frases que nunca olvidare, y que describe como era en ese momento de cortado. -”Tu muy hombre no eres, ¿no?”. Y yo ni me enteré de lo que quería decir. Ahora mismo una chica que me gusta me dice eso y tiene agujetas al día siguiente vaya. Pero era inocente y prístino, no tenia ni idea de que esas cosas pasaban, muy patético, si, pero así eran las cosas. Con esa chica tuve una relación pagafantástica en toda regla, protagonizando la famosa anécdota motivo del odio que siento hacia las pelis de el señor de los anillos, tragaos la trilogía seguida con alguien que os guste sin conseguir nada en toda su duración, casi 12 horas creo, ya veréis que bien. Seguimos quedando un tiempo pero ella conoció a un chico de su facultad y desapareció el día que conocí a la que seria mi novia durante casi siete años.

He de hacer un inciso aquí, puesto que ya llegaría a la época universitaria, ya que durante mi relación con ella, conocí a otra chica, en el cumpleaños de un amigo, con la que tuve un feeling muy interesante y especial y que desaproveche por tener pareja en esos momentos. Recuerdo que pasamos toda la noche cogidos de la mano y hablando, nada más, pero debí pensar en lo que hacia y haber sido consecuente con ello. Al contrario, no hice caso a la aplastante lógica que me decía que si esas cosas pasaban por mi cabeza era porque había problemas con mi pareja, seguí con ella como si fuera la única, la que me tocaba, y la verdad es que después de que ella cortara conmigo de una forma tan poco considerada, siendo benévolos, ahora me arrepiento muchísimo de no haber tenido los dedos de frente que creo tener ahora.

Y aquí acaban mis peripecias pagafánticas de juventud, luego pues alguna vez he vuelto a caer en lo de "todo el mundo merece la pena" y "yo aguanto lo que me echen" pero muchísimo menos, es más, ahora no dejo pasar muchas tonterías y mando a donde amargan los pepinos rápidamente. Espero que os haya gustado aún siendo tan extenso, ojala escribir ficción fuera así de fácil.
Un abrazo y nos leemos.

martes, 12 de mayo de 2015

La amistad en los tiempos del Facebook

Es algo inherente a mi persona, tengo una ligera tendencia a ir siempre en contra del mundo y aquí estoy, dispuesto a exponer mi opinión sobre uno de los temas más tratados y estudiados en Internet, la amistad entre hombres y mujeres. Según un sondeo propio, esto es, navegar durante un rato leyendo diferentes opiniones y estudios sobre el tema, opino lo contrario que muchos, pues según mi experiencia, sí que es posible y muy viable la amistad entre géneros.

Rasquemos un poco en el significado de amistad, para quien viva en una piña debajo del mar. Según la definición de Wikipedia, la amistad es una relación afectiva entre dos o más personas. Relación afectiva... esto puede que cueste un pelín más definirlo, así que usaremos la misma referencia, que nos indica que se trata de la susceptibilidad que el ser humano experimenta ante determinadas alteraciones que se producen en su entorno, siendo esta dividida a su vez en tres grandes categorías según Baruch Spinoza: La alegría, la tristeza y el deseo.

Suena contradictorio, puesto que según todos los estudios que se han llevado a cabo, la amistad entre sexos no es viable principalmente porque el deseo carnal que se origina entre ambos conlleva al amor. Entonces ¿Como es que tengo tantas amigas? ¿Siento deseo sexual hacia todas ellas y estoy muriendo por dentro? ¿Tengo el corazón enorme y me sobra amor para regalarlo por ahí? Para nada, simplemente es algo que no tiene nada que ver con el asunto.

La atracción sexual no está para nada reñida con la amistad, creo que ahí es donde radica el error que todos estos estudios cometen, en mezclar ambas cosas y el amor. Una amiga o amigo puede excitarte sexualmente y no por ello deja de ser tu amigo o amiga, a no se que te hagas “la picha un lio”. El problema reside en que muchas veces ese trato o apego se confunde con lo que no es y aparecen los problemas, los “yo también te quiero, pero solo como amigo...” y comienza el desapego, el friendzonerismo y demás mierdas.

Principalmente esto se soluciona con el tiempo, tratando con las personas durante el tiempo suficiente para conocerlas hace que ese instinto sexual irrefrenable, si existe como tal, se tranquilice y te deje vivir tranquilo o tranquila durante el resto de tus días. O bien siendo una persona consecuente con la individualidad de tu ser y no dejándote manejar al antojo de tus órganos reproductores, que somos mayorcitos ya para semejantes tonterías. ¿No es tan difícil, no? No nos engañemos, todos somos humanos, todos podemos cometer errores y caer en las garras de los libidinosos genitales, yo el primero, y más de una vez, pero todo se aprende en esta vida, y posiblemente una de esas cosas a aprender es que de los sentimientos, el más bonito y puro que existe, es el amor entre amigos, que puede rivalizar o incluso superar al romántico.

¿Nunca has perdonado cosas a tus amigos que no perdonarías a nadie más? ¿O te has visto en la amarga situación de elegir entre ellos y tu pareja y te has dado cuenta de que no hay color? Se me hace extraño que alguien pueda confundir estos sentimientos, y más sabiendo que la amistad se cimenta a base de tiempo ,esfuerzo y confianza, mientras que el amor, aunque suene mal, es algo que suele aparecer de improviso e instintivamente, por lo que ambos quereres no deberían mezclarse sin consentimiento mutuo, que se han dado casos de mejores amigos pareja y tal y ya ahí no me meto.

Espero que os haya gustado esta pequeña reflexión. ¿Vosotros creeis en la amistad entre géneros? ¿Que pensais? Un saludo y nos seguimos leyendo.

miércoles, 29 de abril de 2015

Los problemas del piquero en los tercios españoles.

De un tiempo a esta parte me he percatado de que existe una tendencia por parte de blogs y publicaciones variadas de crear listas, de corte cómico e informativo, sobre diferentes facetas del cuerpo femenino, como puedan ser “12 problemas que solo tenemos las chicas con pechos grandes”, “ventajas de no tener pechonalidad” o “entre copas anda el pecho”. Ante tal aluvión de páginas y textos referentes a estos temas he llegado a una conclusión bastante curiosa.
No existe una contrapartida masculina.
Teniendo en cuenta el físico masculino, solo se me ocurre que semejante desigualdad se deba a que el género masculino vive recluido en su universo de envidias escrotales, puesto que no he localizado ningún tipo de publicación o revista masculina con ventajas e inconvenientes del tamaño del pene a tratar, salvo miles de anuncios de agrande su pene.
Y aquí estoy yo, valiente y dispuesto, como buen soldado de los tercios españoles, a describir las desventajas de ser un piquero en la corte de Carlos I.

1. AGUANTEN!!! AGUANTEEEEN!!!!

Todo piquero sabe que tiene que aguantar las cargas de caballería sin bajar la pica, como buen tercio español, pero existen formaciones de caballería que hacen que el soldado baje su arma aunque no lo quiera el sargento. La pica es un arma dura de manejar y difícil de blandir dada su extrema longitud, por lo que si una batalla se alarga o la caballería arremete con alguna de estas formaciones, las fuerzas pueden fallar. Esto se debe a que la sangre no puede mantener la fuerza necesaria para el correcto manejo de la pica, pero no desesperen, con un corto descanso el tercio español puede volver a la formación sin romper filas.

2. MANTENGA SU PICA CUIDADA, SOLDADO.

Otro de los problemas a los que se enfrenta todo piquero es al tamaño de las fundas para pica. Las espadas y dagas tienen un tamaño común, lo cual facilita el encontrar fundas para tales armas en todos los puestos del mercado. Sin embargo, la pica en nuestro país era un arma no muy común hasta hace poco, por lo que no hemos tenido acceso a fundas de un tamaño adecuado, hasta hace bien poco.

3. SU ÍMPETU ROMPERÁ LA FORMACIÓN!!!

Y no solo la formación, sino que también la funda de su arma. No sera el primer soldado de los tercios españoles que tras una carga furiosa acaba en un boticario junto con un jinete enemigo buscando solucionar el entuerto. Asegúrese de aguantar su poderío español antes de la embestida final y cuide que su funda no ceda a su ímpetu.

4. HUYEN DESPAVORIDOS!!!

La grandeza y poderío de la pica puede causar en el enemigo un terror tal que se negara a cargar generalmente por lugares oscuros o la retaguardia, optando siempre por la carga frontal, cosas más raras no se han visto. Así mismo, este miedo y terror al soldado español puede provocar que la caballería deje que intentar cargar y opte por otro tipo de estrategias, dejando al buen soldado español sin usar su pica como Dios y el rey mandan.

5. LA ARMADURA, AUNQUE INCOMODE, HA DE SER VESTIDA

Los piqueros españoles tenemos un grave problema con las armaduras, tanto con la ligera como con la pesada. La armadura ligera española suele ser ceñida, ligera como indica su nombre, y lo suficientemente cómoda para la mayoría de los soldados, pero no para el piquero. La pica es un instrumento grande y abultado, lo cual provoca que el enemigo se fije más de la cuenta en la armadura del soldado, por lo que nos hace destacar y provoca atenciones que pueden poner nervioso al tercio y hacer que rompa filas. Por el contrario, la armadura pesada, más ancha y robusta, no atrae la atención del enemigo, puesto juega con la incredulidad de este, pudiendo camuflar un tercio entero de picas. El único problema que acarrea la armadura pesada es su extremo peso e incomodidad para la batalla, haciendo que el piquero no se sienta a gusto y privándole de movilidad en el campo de batalla. Por ello suele el piquero español portar armadura ligera, aún sabiendo que puede atraer la atención del enemigo en demasía.

6. SOLO CON SU PICA NO PUEDE GANAR LA BATALLA, SOLDADO!!!

Por culpa de pergaminos, pregoneros, bardos y trovadores, el soldado español da demasiada importancia a su pica, más de la que puede tener en la batalla. Estas historias de piqueros ganando batallas son una total fantasía, ningún ejercito español ha ganado batallas solo con el uso de la pica. Esto hace que muchos piqueros pierdan el norte en batalla y se vean relegados a puesto de retaguardia en favor de arcabuceros o escuderos. El piquero de los tercios españoles debe estar versado en múltiples lides, como pueden ser la heráldica y la poesía, pues no solo con fuerza se pueden ganar las batallas.

Me he centrado en los más sonados, tratando de abordarlos con la mayor seriedad posible, como no puede ser de otro modo. Espero que os guste y que al menos os haya hecho pensar y sonreír. Un abrazo y un saludo militar.

viernes, 24 de abril de 2015

Porphyria´s Lover.

La sangre dejó de salir a borbotones del cuello de la actriz y el estruendo de los aplausos cesó en intensidad. Recordaba a las antiguas ejecuciones en la plaza mayor del pueblo, cuando las leyes aun se tragaban a la humanidad y todo el mundo animaba al ejecutor en su dura pugna contra el cuello del afortunado.

Pero esto solo era teatro. Pero teatro como nunca antes se había visto. Nadie sabía de donde nacían estas historias, ni que hacia Browning para gestarlas, pero nadie era inmune a su atracción. ¿Cómo podía un poeta, siempre a la sombra de su difunta esposa, crear obras tan magnas, capaces de llegar a lo más recóndito del alma humana y perforarla como un punzón de hielo que traspasa la carne? -Solo me dejo llevar. - decía cuando era entrevistado por los críticos, quitándole importancia a sus obras, eludiendo la realidad.

Esa realidad que solo él conoce, la repetición de un pacto que tiempo atrás también hiciera Fausto, aunque con diferentes resultados. Marlowe ya advirtió que jugar con seres que no alcanzan a nuestro entendimiento conduce a la perdición de cualquier mortal. Pero el conocimiento es poder, y el alma es una gran moneda de cambio, sobre todo si no es la tuya con la que comercias. Los acantilados de Dover son testigos de como el amor por la literatura puede superar con creces al del corazón...

Él continua escribiendo lo que la voz de su “desaparecido” amor le dicta desde donde quiera que este, donde la literatura y lo oscuro se mezclan en un imposible lazo con el alma y la cordura se pierde entre bambalinas y atrezo.

jueves, 5 de marzo de 2015

Gone Girl

Aunque el título de este post sea el mismo que el de la última película de David Fincher, la cual recomiendo encarecidamente, todo sea dicho, el tema que abordo es otro, aunque guarde cierta relación con ella. Días como el de hoy, nublados y grises, siempre me recuerdan a los que ya no están con nosotros, aunque por regla general los recuerdo en días alegres y soleados. Esa sensación de perdida, de vacío dentro, es lo que me ha llevado a titular así el post y a escribir hoy después de bastante tiempo sin hacerlo.

Hace ya unos años que una de mis profesoras, para mi de las mejores que he tenido, nos dejaba ese vacío que antes mencionaba, dentro. Porque cuando alguien importante para uno se marcha, se crea un agujerito, un pequeño hueco donde antes se encontraba esa persona, que se llena con sentimientos del tipo que sea. Fue la persona que abrió mis ojos a la literatura, aunque muchos consideraran que su manera de dar clase no fuera la apropiada. Fue la única profesora que hizo que realmente leyera y entendiera la literatura, que buscara mi sentido a lo que leía, y que valoraba nuestra opinión de una manera abierta y sin prestar atención a convencionalismos, formalidades o cánones, si lo que expresabas era bueno, lo valoraba como tal. Recuerdo como todos mis compañeros esperaban asustados, releyendo los relatos o poesías antes de entrar en clase, aterrados por un posible quiz, mientras yo los esperaba expectante, sin leer absolutamente nada antes, para no contaminar mis ideas, creadas ya, con ganas de ver como podría abordarlo. Yo nunca he sido un buen estudiante, no voy a mentiros, pero si existía una clase que esperara con ganas durante el día, esa era la suya. Siempre recordaré cuando, repartiendo los quizes de “The hairy ape”, dijo mi nombre con una sonrisa. -“Un ocho y medio... ¿Qué ha pasado?”- acostumbrada a cincos y seises. Seguro que cualquiera podía habernos enseñado como la Beat Generation cambió la manera de ver la poesía, pero no estoy seguro de si hubiera despertado mi actual interés por ella. Posiblemente gracias a ella exista esto, estos textos que de tarde en tarde escribo, este blog que de tarde en tarde lleno, y esta cabeza que cada dos por tres esta llena de ideas, curiosidad y amor por lo escrito.

A veces imagino que la vida fuera como el cine, y que esas personas que se van, pudieran volver, pero la realidad no está tan vinculada a lo que hacia Georges Méliès como debería. Siempre quedará ese hueco dentro de cada uno lleno de recuerdos y aun así vacío a nuestro pesar.

Un abrazo.